¿Cómo acabar con la celulitis?

¿Cómo acabar con la celulitis?

¿Cómo acabar con la celulitis?

No lo sé, la verdad. Pero, ¿quiero acabar con ella? Photoshop y las revistas nos han enseñado que la celulitis es fea, que las chicas guapas tienen unos glúteos firmes, lisos y redonditos. Pero ¿a cuantas mujeres conoces con un pompis así? En serio, ¿has visto alguna vez, en la vida real, un trasero redondito, duro y liso?

Yo no. Será que mi vida real es «demasiado real»…;P

Vamos por partes: ¿qué es la celulitis?

Y lo más importante, ¿por qué nos ha tocado este boleto a las mujeres?

Evolutivamente hablando, las mujeres nos encargamos de crear vida. Llevar una criatura dentro durante 9 meses y después alimentarla durante 24 meses más con nuestra leche, requiere de un gran gasto energético. Es por ello que las mujeres acumulamos grasa como fuente energética que usaremos en la procreación.

¿Has visto? Ya puedes sentirte en paz con tus michelines: Darwin dice que los necesitas.

Esta grasa femenina se acumula en los glúteos y muslos, lo que no la confiere como peligrosa (en comparación a la grasa abdominal más típica de los hombres y que está realcionada con enfermedades cardiovasculares). Es un tipo de grasa que se situa entre la piel y el músculo, y tiene esa apariencia de «bultitos» o piel de naranja.

Debajo de la capa externa de la piel (la epidermis), encontramos la dermis, la grasa  subcutánea, y el músculo. Una secuencia de fibras de colágeno es lo que «ata» la dermis al músculo y esta tensión a lo largo de la piel es lo que genera la celulitis.

Factores que determinan si tienes o no celulitis

Por lo tanto, que luzcas o no esos bultitos en tus glúteos dependerá de varios factores:

  • Exceso de grasa corporal. Cuanto más sobrepeso y más grasa acumules en los glúteos, más se tensarán las fibras de colágeno (conectores) y más se notarán los bultitos.
  • Si estas fibras de colágeno son muy rígidas, tienen menos capacidad de estirarse. Si es tu caso tendrás celulitis incluso si tienes poca grasa. 
  • El músculo: es nuestra estructura. Si nuestra estructura (músculo) es grande, habrá más firmeza y será menos visible la celulitis.
  • La piel: cuanto más gruesa tengas la piel, aparenta más firme. 

¿Cómo acabar con la celulitis?

Repito, no lo sé. Pero si se trata de cuidar de mi porcentaje de grasa corporal, mis fibras de colágeno, mi masa muscular y mi piel, me hago una ligera idea.

Así que se me ocurren varios puntos:

Opto por una alimentación de estilo anti-inflamatorio, con abundancia de vegetales, tubérculos, y grasas saludables. Todo sea por tener un porcentaje graso sano y unos conectores elásticos.

Ahí añado también una dosis diaria de ácidos grasos omega 3, ya sea con boquerones, salmón, huevos y carne de pasto, o bien con mi amor incondicional por las Beyond Omega (aquí te conté porqué me gustan tanto).

Trabajo mi músculo sin miedo a ponerme cachas (ni que quisiera asemejarme a Conan el Bárbaro no sería tan fácil) con ejercicios de fuerza y de entrenamiento funcional. ¡Larga vida al músculo, de verdad! Por el bien no sólo de nuestra celulitis sino también de nuestra estructura ósea, que con la edad se va debilitando.

Y cuido mi piel, además de con esa dosis diaria de antioxidantes y omega 3, con el Overnight Body de Ringana. Hace poco que lo uso pero me gusta porque he convertido esa «obligación» rutinaria en un ritual de autocuiddo diario para pasar un ratito conmigo misma. Me encanta.

¿Funciona? Que no lo sé, insisto. Pero eso es lo que yo hago. Y lo hago desde el respeto y desde una postura amable conmigo… Nada de odiar ninguna parte de nuestro cuerpo ok?

¿Cómo le hablas tú a tu cuerpo? ¿Has luchado alguna vez contra la celulitis? 
Receta de mascarilla facial DIY

Receta de mascarilla facial DIY

Hacer tu cosmética en casa

La verdad es que yo he ido haciendo alguna vez cosmética casera con buenos ingredientes aunque en mi día a día prefiero usar los productos que Ringana nos ofrece. Primero porque su alta eficacia (jamás, repito, jamás he usado productos que transformaran mi piel del modo como lo ha hecho Ringana).

Segundo, porque son veganos, sostenibles y frescos, y del mismo modo como escojo alimentos sin pesticidas y frescos para comer, para el resto de compras (higiene, cosmética…) sigo siendo fiel a mis principios.

Y tercero porque Ringana como marca me flipa y sé que con mi compra estoy participando en potenciar marcas que se lo curran para mejorar este mundo.

Dicho esto… de vez en cuando me gusta hacer mis propios potingues cosméticos, para jugar, porque son un chute de nutrientes para mi piel, y porque quiero y puedo ;).

Así que aquí va una receta que aprendí de Rocío Rivera, maestra de cosmética casera, y que he customizado con mis aceites esenciales.

Ingredientes para tu mascarilla facial:

Necesitas:

– 1/2 zanahoria hervida

– 1/2 aguacate

– 1 c.s. de miel pura

– 2 gotas de aceite esencial a tu elección

La receta es tan sencilla como chafar y mezclar en un bol el aguacate y la zanahoria. Añadimos la cucharada de miel y mezclamos bien. Cuando ya la tenemos bien emulsionada añadimos 2 gotas (sí, sólo 2) de aceite esencial. Te recomiendo especialmente y según tus necesidades:

– A.e. pachulí: antiarrugas

– A.e. ylang ylang: aporta luz a tu piel y controla el exceso de grasa.

– A.e. sándalo: antiarrugas y adecuado en pieles con acné

– A.e. geranio: nutre la piel seca, suaviza las líneas de expresión.

El ritual:

Convierte tu baño en un spa. Te sugiero que conviertas ese momento, esa rutina facial, en un ritual. Tener un ritual diario te empodera y cuida tu autoestima.

Puedes encender alguna vela, poner tu difusor con tus aceites esenciales favoritos, un poco de música agradable… Aplícate la mascarilla a consciencia y sin prisas. Túmbate y relájate acompañada de la música y el aroma del ambiente.

¿Te das cuenta de qué diferente es una rutina facial con prisas y por obligación, que un ritual como este? Como en todo, la diferencia está en tu actitud, y en la intención de reservarte unos minutos al día (de los 1.440 que tiene un día) para ti.

Si pruebas esta receta cuéntame cómo ha dejado tu piel 😉

Tu plan B de menú saludable

Lo ideal, ideal, ideal, ya sabemos lo que es. O por lo menos, lo que queremos que sea. Pero la vida a veces tiene otros planes y, antes de que la improvisación te lleve a tomar decisiones poco sanas, te invito, en este vídeo, a que tengas tu plan B.

Desayuno. Café a prueba de balas.

Quizá te suena de haberlo visto por redes sociales. O te lo ha contado tu compi de gimnasio. O lo has probado ya. O te da la sensación que te estoy hablando en chino. Café bulletproof, conocido también como «a prueba de balas».

Desayuno. Yogur con granola

En este blog ya tienes varias entradas sobre los mitos que rodean el concepto del desayuno (aquí), y algunas ideas para que rompas el ayuno nocturno (aquí). Pero hoy se me ha ocurrido abrir dentro de la categoría de «Recetas», una exclusiva para los desayunos. Así que hoy te presento mi desayuno más habitual este verano: Yogur con granola.

Paquetitos de calabacín

Podría haber titulado esta receta «raviolis de calabacín» o incluso «canelones de calabacín». Así seguro que Google me hubiese posicionado mejor porque, bien pensado, nadie va a buscar una receta que se llame «paquetitos». Pero mira, me ha salido así. Y es que parecen paquetitos.
Bueno al lío. Esta receta es buenísima. La hacía ya hace años cuando impartía un extraescolar para niños de Primaria que se llamaba MiniXef. Y siempre que la hacía, flipaban.
Flipar todo lo que un niño puede flipar cuando una receta «demasiado sana» está rica y deliciosa. Y además, es que te la voy a presentar de dos maneras. La ligera y veraniega, y la más plato contundente.
Mira qué bien, dos recetas en una.

Tóxicos en tu piel

Tóxicos en tu piel

Tóxicos en tu día a día

Estoy segura que si aterrizas en este blog tomas o quieres tomar consciencia de tu salud y de cómo cuidarte. Escribo a menudo para animarte a que comas saludable y motivarte para que hagas ejercicio en tu día a día.

Hoy, escribo algo diferente. Porque si bien es importante la calidad de lo que está en tu plato, también lo es, y muchísimo, la de tus productos cosméticos. Muchas veces he percibido que no sois conscientes que la crema que nos extendemos en la piel, realmente penetra en ella y llega a nuestro torrente sanguíneo. De esta misma forma funcionan los medicamentos en formato pomada (como el Voltarén, por ejemplo).

Y, para más inri, también lo que respiramos en nuestro hogar, día a día, minuto a minuto. Ahí está el problema de todos los tóxicos que nos untamos y que respiramos: el día a día. Como pasan por unas normativas de seguridad, las cantidades que se usan en cada uno de tus productos de cuidado y de limpieza son «seguros para el consumo/uso humano», pero ahí jugamos con nuestro propio nivel de tolerancia y el factor acumulativo.

Todos estos ingredientes que se supone «seguros», van acumulándose en tu cuerpo, en algunos casos, y en otros, simplemente vas respirándolos día a día, hasta que tu cuerpo grita.

Ya sabes, cuando tu cuerpo grita lo hace en forma de síntoma, síndrome o enfermedad.

Productos cosméticos:

Como productos cosméticos entendemos champús, gel de ducha, jabón, labial, pasta de dientes, desodorante, cremas… Se estima que una mujer puede consumir una media diaria de 12 productos cosméticos con 160 ingredientes distintos. 

A través de la piel entran en nuestro torrente sanguíneo sustancias nocivas acumulándose en nuestro organismo. Muchas de esas sustancias son disruptoras hormonales y están vinculadas a alergias, trastornos hormonales o síndrome de hipersensibilidad química.

Y en otros casos, podemos encontrar fácilmente derivados del petróleo en labiales (petrolatum, parafina líquida…) que ahogan, literalmente, la piel.

Algunos de estos ingredientes indeseados son:

  • Aluminium. En desodorantes
  • Parafinas (parafinum liquidum), Petrolatum. En labiales
  • Triclosán. En jabones, dentífricos
  • “ –paraben”. Parabenes. En cremas
  • Phthalates. Ftalatos. En la laca de uñas y pintalabios
  • Sodium Laureth SulfateSodium Lauryl Sulfate. En champús
  • Nanopartículas (nano). En protectores solares
  • Parfum. Tras este ingrediente “Parfum (Fragance)” se incluyen más de 3.000 compuestos distintos, que suelen ser muy alergénicos.

Hay muchísimos más, incapaces de aprendérnoslos de memoria, pero en este buscador puedes encontrar los ingredientes de tus productos (aquí).

Limpieza del hogar:

Otro factor muy importante, puesto que las sustancias aromáticas de los productos de limpieza que usamos las respiramos y algunos también entran en contacto con la piel, como en el caso de los suavizantes para la ropa.

Algunos de estos ingredientes en tus productos de limpieza no sólo son tóxicos sino que son carcinógenos.

Ftalatos

Se encuentran principalmente en los ambientadores, en detergentes e incluso en el papel higiénico. Estos son disruptores endocrinos capaces de disminuir la cantidad de espermatozoides en hombres y diferentes trastornos en las mujeres.

El percloroetileno o «PERC»

Principalmente en quitamanchas y limpiadores en seco (como para alfombras y tapicería). Se trata de una neurotoxina clasificada como posible carcinógeno.

El triclosán

Usado también en productos cosméticos, en productos de limpieza se encuentra en jabones y detergentes vendidos como «antibacterianos». Es un agente antibacteriano agresivo que promueve el crecimiento de bacterias resistentes a los fármacos y además se concentra en ríos y arroyos por lo que resulta un gran contaminante para el medio ambiente acuático.

Amonios cuaternarios

Lo encontramos en los suavizantes para ropa. Tienen el mismo problema que el triclosán, haciéndonos resistentes a los antibióticos, pueden producir dermatitis y se sospecha que también están relacionados con problemas respiratorios.

El 2-butoxietanol

Común en todos los limpiadores universales y multiusos, y en limpiacristales (es el ingrediente que le otorga ese típico olor). Es un eficaz disolvente que legalmente puede no aparecer  en la etiqueta, pero según la EPA y especialmente si se usa en espacios cerrados puede causar dolor de garganta por inhalación, narcosis, edema pulmonar y hepático severo y daño renal.

El amoníaco

Presente en limpiacristales y muchos detergentes afecta principalmente a las personas asmáticas o personas con problemas pulmonares y respiratorios y pude ayudar a que se desarrolle bronquitis crónica.

Hidróxido de Sodio

En desatascadores y limpiadores de horno, es extremadamente corrosivo y puede causar quemaduras graves. Si lo inhalamos sufriremos un fuerte dolor de garganta.

Solución

Al igual que el que te muevas, comas sano, en fin, que te cuides, está en tus manos (mi primer mantra fue «Yo soy la única responsable de mi vida»), los productos cosméticos que utilizas y cómo limpias tu hogar también es una elección tuya.

Apuesta por productos naturales, aunque sin duda lo ideal es aprender a leer las etiquetas, ya que a veces el nombre de «natura, eco, bio, etc.» se usa tansólo como reclamo de márqueting.

Aquí puedes leer una de mis marcas cosméticas preferidas y sin duda para la limpieza del hogar, mi recomendación es que hagas tus propios productos con apenas un concentrado con garantía como el Household Cleaner de Young Living, vinagre blanco, bicarbonato de sodio, y poco más.

Si quieres mejorar en estos aspectos y dar el paso hacia un cuidado personal más respetuoso contigo y con el medio ambiente, no dudes en pedírmelo porque estaré encantada de guiarte. Escríbeme a contact@martamatocoach.com y vemos cuáles son tus necesidades inmediatas.

Cuéntame, ¿eras consciente de todos estos tóxicos en tu día a día? ¿Compartirías con nosotros tus fórmulas caseras de cuidado y limpieza del hogar?

Ringana, el soplo de aire fresco de este 2020

Ringana, el soplo de aire fresco de este 2020

La cosmética y yo, yo y la cosmética

 

Hoy me apetece escribir sobre uno de los temas que siempre me ha gustado y que, aunque no haya de por medio horno ni cacerola, no me negarás que tiene mucho que ver, igual que la alimentación, con el auto-cuidado.

Me refiero a la cosmética. A la buena. ¿Recuerdas cuando en mis inicios por esta travesía del emprendimiento te hablé más de una vez de cosmética natural, eco, etc.? Aquí y aquí escribí sobre ello…¡fíjate ya en el 2016!

Bueno pues hoy volvemos al lío. Porque por si no ha quedado claro mi punto de vista, del mismo modo que me cuido por dentro con alimentos frescos y saludables, y también con pensamientos y emociones positivas, por fuera me gusta cuidarme con productos que respetan mi piel y mis necesidades. Sin cosas feas, vamos 😉

¡Quiero el elixir de la eterna juventud!

Bueno, en realidad no es una de mis prioridades pero oye, no te voy a negar, que a mis cuarenta y tantos, y con lo que me cuido, me hubiese gustado más mantener la piel más tersa durante más tiempo, más firme y ¿por qué no? ¡sin arrugas! Que ya sé que las que tengo son de felicidad, dicen (esas patas de gallo de las risas que nos pegamos…) pero cuando no estaban, me gustaban más 😀

Total, que en nutrición antienvejecimiento una de las palabras claves es «antioxidantes», así que jamás falta en mi menú diario una buena dosis de vitaminas C, betacarotenos, luteína… una buena ensalada, vamos. Así como el maravilloso colágeno (bendito caldo de huesos…).

Pero, algo fallaba. Porque no sé si ha sido este caprichoso 2020 que nos lo ha puesto todo de patas arriba, y ya te digo yo que estrés, por mucho que medite, he sufrido mucho. Pero este año he sentido algo que nunca había sentido: he envejecido. Así, tal cual. Lo acepto.

Lo acepto pero manos a la obra que esto hay que frenarlo.

Y después de meses de pensar y buscar di con el problema: que seguía haciendo lo mismo que a mis veinte años.

«Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes». Albert Einstein.

Vale, pues según Albert he estado loca durante mucho tiempo…

¿Qué estaba haciendo mal?

Hay una respuesta rápida para esta pregunta: mi alimentación de los veinte, treinta años, mi forma de entrenar, mis rutinas cosméticas, mis rituales… ya no me funcionaban porque simplemente yo ya no era la misma.

Este 2020 no sólo he vivido un confinamiento, una mudanza algo muy caótica sino que ¡mis hormonas se han vuelto locas! Premenopáusica estoy. O peri, no sé (otro día te cuento la diferencia), pero vamos, que mis niveles de estrógenos están en el fondo del mar…

Así que en realidad, todo mi universo Ringana empezó gracias a buscar un suplemento natural que me echara un cable con mis ciclos menstruales.  Pero si sigo por ahí, me lío, porque eso va a ser temazo para otra historia (te lo cuento otro día ok?).

Resumen: buscando un suplemento de estrógenos o que ayudara a mi ciclo menstural, di con… la mejor cosmética ecológica, vegana y fresca que he conocido nunca.

¿Qué tiene Ringana que no tenga otra cosmética?

Lo primero, de verdad de la buena, es que funciona. Así de simple. Y mira que hace años que uso Lush, Cocunat, Freshly, y otras marcas que me voy encontrando por la vida.

Ringana es una empresa que lleva 24 años desarrollando sus productos. Su cosmética la llama «fresca» del mismo modo que podríamos hablar de una ensalada recién puesta. ¿Verdad que si la guardas se estropea? Pues los productos de Ringana igual. Con el fin de mantener intactas las propiedades beneficiosas de las esencias vegetales que utilizan, no usan conservantes artificiales. Por ello no la encontrarás en tiendas físicas porque, básicamente, no puede haber mucho stock de sus productos. Que caduque pronto es buena señal.

En este enlace puedes leer su filosofía. Una marca con unos principios y valores que me enamoran.

Una marca fresca, eficaz, ecológica y consecuente

En los productos Ringana sólo encontrarás sustancias 100% frescas (por eso elaboran bajo demanda), y 100% activas, sin aditivos, conservantes ni colorantes. Sostenible en todos los sentidos y 100% ética.

Ringana ha sido un soplo de aire fresco

La verdad es que empecé con sus cuidados básicos faciales, pero poco a poco iré probando a medida que se me terminen los aceites y cremas que tengo actualmente.

Si nunca has probado Ringana, te animo a que des el paso. Yo estoy alucinada desde el primer uso, por cómo sientes sus nutrientes frescos en la piel, su comodidad, y resultados en poquísimo tiempo. Puedes ir reemplazando aquellos productos que se te van terminando, o empezar por ejemplo con sus kits de inicio.

¿Mi lista de deseos? Jeje, la gama Overnight, antienvejecimiento, no tardaré mucho en comprarla, porque las amigas que la han probado han quedado alucinadas.

Consejos finales

Si tú también has pasado un año «difícil», mira lo que te digo: no puedes hacer nada para cambiar lo que pasa ahí fuera. No te focalices en las malas noticias que escuchamos diariamente. Pon foco en lo que sí está en tus manos: cuidarte.

Come suficientes vegetales, más o menos la mitad de tu plato, variados y con mucho color. No te olvides de las ensaladas y los alimentos precursores de vitamina D, como el pescado azul.

Muévete cada día. Yoga, gimnasia, sal a correr, y no sólo en modo «deporte», sino que tu actividad diaria sea movidita: no pases mucho tiempo sentada y sube por las escaleras en lugar de coger el ascensor.

Medita. Si no lo has hecho nunca, busca al menos unos minutos al día para poner atención al presente. Sin pensamientos. Respírate y sonríete.

Cúidate con productos que respeten tu piel y no añadan tóxicos ni cosas varias. El mismo momento de aplicártelos puede ser ese momento tuyo diario para autocuidarte.

Cuéntame, ¿conocías Ringana? ¿Reservas esos minutos diarios para estar contigo?
Descubre conmigo Máyikas

Descubre conmigo Máyikas

En los últimos 5 años me han salido bastantes canas, pero mi piel está radiante. Tengo la piel algo sensible y seca en invierno, y como he reído mucho en esta vida… tengo patas de gallo. Créeme si te digo que he probado de toooodo, hasta que descubrí a Máyikas.

Hace mucho que dejé de utilizar cosmética convencional por todos los ingredientes feos que lleva… y lo que pueden hacer éstos dentro de mí (aunque imagino que si me lees a menudo, ya eres consciente de ello). ¿Sabes que incluso el gluten que contienen algunas cremas tiene efectos en el organismo iguales a los que tiene cuando éste es ingerido? (estudio).

Como era una cabra loca que lo experimentaba todo, pasé de los cosméticos convencionales a los aceites vegetales y ungüentos caseros. Eso estuvo bien, pero no era lo ideal, sobre todo porque me salieron granos y mi piel quedó saturada.

En fin, que cuidarse con cosmética natural fue, en algún momento, toda una odisea. Sí, fíjate que he dicho «fue».

Cuatro son mis cuidados básicos:

1- Alimentación saludable, variada, abundante en vegetales, adecuada en cuanto a proteínas y grasas.

2- Cosmética eco, natural, siguiendo el mismo concepto que sigo en cuanto a alimentación. La piel también bebe, come y respira.

3- Movimiento constante. No todo el tiempo, claro, pero sí cada día, algo de deporte (nadar, correr, bailar) y llevar una vida activa.

4- Equilibrio emocional, practicando mindfulness, gratitud, respiración consciente.

Sobre cosmética eco:

Ya te hablé de mi amor por L’Arganier. Tanto su aceite como sus 2 productos capilares llevan años conmigo y seguirán en mi baño hasta el fín de los días… Pero en cuanto al resto de productos cosméticos, iba dando un poco palos de ciego… probando de aquí, otro poco de allí… Y descubrí Máyikas. Sigue leyendo porque te traigo buenas noticias:

Conocí a Isabel a través de mi red social favorita, Instagram. Ella es una mujer emprendedora, inteligente, con mucha fuerza y un gran proyecto por delante. Te invito a que le eches un vistazo a su página: Isabel es farmacéutica y ama la cosmética. Así que decidió emprender en un laboratorio donde ella misma formula cada una de sus cremas. Su proyecto es transparente, cuidado, con rigor científico y una filosofía similar a la mía. Es mi alma gemela cosmética.

Isabel dice: MÁYIKAS es una marca de Cosmética Natural y Ecológica, elaborada con materias primas naturales cargadas de principios activos fitocosméticos concentrados, que actúan sobre la piel respetando su equilibrio y fisiología, que se absorben fácilmente y actúan desde el interior de la dermis y epidermis, sin agredir el delicado equilibrio fisiológico de la Naturaleza de la piel.”

máyikas

Desde que conocí a Isabel empecé a usar sus productos porque entre sus ingredientes encuentro aceites vegetales de primera presión, extractos de plantas hidroglicerinados e hidrolatos, la gran mayoría procedentes de cultivos ecológicos. Los perfumes son aceites esenciales naturales (igual ya conoces mi faceta de aromaterapeuta y el uso que hago yo con los aceites esenciales, así que… ¡otro punto más por Máyikas!), los conservantes son los aceptados por los organismos certificadores de cosmética ecológica.

Del mismo modo que como sano, eco y fresco, no entra en mi cabeza el embadurnarse con parabenes, conservantes ni colorantes sintéticos, aceites minerales, grasas ni emulsionantes derivados del petróleo, siliconas, bases detergentes irritantes, compuestos halógeno-orgánicos, sales de amonio …

«En Máyikas no encontrarás compuestos perjudiciales para la salud humana o para la salud del medio ambiente.»

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Personalmente he probado 4 productos de la marca, y son los que se quedarán seguro en mi tienda online:

1- Facial para pieles sensibles, SENS. Te puedo asegurar que si tu piel se irrita con facilidad ya sea por el frío, los contaminantes o incluso el estrés, Sens será tu salvación. Dentro tiene cosas tan bonitas como caléndula, mimosa o manteca de karité. Un confort real para tu piel dañada.

2- Facial antiarrugas, ANTIOX. Mano de santo. De verdad que Antiox ¡quita las patas de gallo! Hace sólo un mes que la uso (y me queda todavía mucho más de medio bote) y me acabó de convencer cuando mi madre me dijo «hija, quiero eso que te estás poniendo que pareces más joven…». Lleva gingeng, centella asiática y comino negro, perfecto para disminuir las manchas producidas por la edad.

3- Corporal pieles sensibles, HIDRACALM. Es perfecta para pieles reactivas, aunque yo la utilizo tras la depilación: ni una rojez ni tirantez tras los tirones. También calma e hidrata la piel con picores propios de la excesiva sequedad, ya que es sobre todo rica en aceite de macadamia, karité y manzanilla.

4- Corporal superhidratante, HIDRAMAX. Déjame hacer el chiste: Hidramax es lo max (jaja). Vale ya paro. Es extra-hidratante y extra-nutritiva incluso en pieles descamadas. Lleva preciosidades como aceite de aguacate, borraja y extracto de mimosa.

Cuatro delicias deliciosas.

Si Máyikas fuera comida sería un zumo verde, una ensalada con germinados y semillas, y una crema de verduras con lino… De ella te he traído estos 4 tesoros porque realmente creo en ellos. Son espectaculares, ecológicos y absolutamente poderosos. Y deseo que te sean muy útiles y que formen parte de los cuidados de tu estilo de vida saludable.

En fin, tengo canas, pero mi piel está radiante.

¿Cosmética eco… o Fairy en tu cabeza?

¿Cosmética eco… o Fairy en tu cabeza?

(Atención: este artículo es bastante largo, así que déjalo para cuando puedas prepararte una infusión, y cogerlo con ganas).

La cosmética es una parte importante de nuestros cuidados diarios. Y como sé que a ti también te encanta, hoy voy a hablarte de la cosmética eco. Por cierto, quizá el título te sorprende, pero te prometo que si sigues leyendo le verás sentido.

Primero y antes de empezar te aclaro unos conceptos que suelen confundirse: ¿Sabes la diferencia entre cosmética eco, sin tóxicos, natural o nicho?

La cosmética sin tóxicos es la que está libre de todo aquello que puede perjudicar o agredir de alguna forma nuestra piel. Pero puede que no sea eco, ni nicho, aunque suele ser natural. Un ejemplo de ella es la que vende Cocunat.

La cosmética natural no utiliza ingredientes artificiales en su formulación, aunque no por eso sea eco, ni tampoco todo lo natural es libre de tóxicos. Por ejemplo, Lush, que me encanta, usa ingredientes naturales pero a veces no tan buenos para nuestra piel (cosa que me entristece enormemente porque me encanta la filosofía Lush).

La cosmética nicho es la que está llegando con más fuerza en los últimos años. Y aunque suele ser eco o sin tóxicos, no tiene por qué. En este campo Alicia de Attariat es la reina y me atrevería a decir que la pionera en nuestro país.

Finalmente, la cosmética eco, en la que un porcentaje importante de su formulación es de orígen ecológico.

Mi historia:

Hace muchos años, como veintipico más o menos, me empezó a picar la cabeza. Bueno, el cuero cabelludo. Tras navegar y navegar por distintos dermatólogos y especialistas, asumí que tenía psoriasis en el cuero cabelludo… Uff, menudo bajón me dió… Pero ahora que lo pienso, casi me alegro de ello, porque si es verdad que estuve años comprando los champús de farmacia y las formulaciones que me recetaba el dermatólogo, hubo un momento en que decidí tomar las riendas de mi situación: de pasiva pasé a ser una paciente activa. Esa es la clave, creo yo, de toda curación… y de todo en esta vida: tu actitud activa.

Así que hoy pienso que si como como como (jeje, juego de palabras), sé lo que sé, y me cuido como me cuido, quizá es porque un día me picó la cabeza.

En definitiva, que sin quererlo me convertí en una experta en ingredientes feos para mi cabeza y mi piel.

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¿Fairy en tu cabeza?

¿Sabes cuál es el ingrediente principal de tu lavaplatos? El Lauril Sulfato de Amonio (LSA) y el Lauril Sulfato de Sodio (LSS). Exactamente el mismo que el de tu champú tradicional. ¿Cómo? Venga, que te doy unos minutos para que lo asimiles…

Bien, seguimos. Los sulfatos son poderosos detergentes abrasivos que irritan y dañan el cuero cabelludo, debilitan el cabello y estimulan su caída. Son la principal causa de que tu champú haga tanta espuma, pero también de que te pique la cabeza. ¡Me pregunto por qué asimilamos la espuma con poder de limpieza! Es como si algo sin espuma no limpiara, cuando en realidad no es la espuma el agente limpiador.

Luego están las siliconas. Normalmente en algún champú pero sobre todo en los acondicionadores y mascarillas. Las conocerás porque en el listado de ingredientes aparecen con nombres con prefijos como cyclo- , PEG-(número) o sufijos -cone.

Las siliconas las entiendo como un maquillaje para tu melena: son plásticos que enmascaran tu fibra capilar, dejándola suave y brillante, pero no es tuya… es su envoltura. Y el problema de las siliconas es que para eliminarlas tienes que usar un champú lo suficientemente agresivo como uno que contenga sulfatos.

El pez que se muerde la cola.

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L’Arganier Organics:

Así llego yo, después de muchos años de comprar, gastar y probar diferentes marcas de cosmética SIN cosas que no quiero y CON ingredientes que me gustan, con L’Arganier Organics. La marca nació de la mano de 3 amigos que creían, como yo, en una cosmética más sostenible y buena para ti y para el medio ambiente. Sólo fabrican 4 productos, y su principio activo principal es el aceite de argán.

Champú de Argán

Este es EL champú. No hay otro que me guste tanto y que me trate tan bien como él. Está realizado con aceite de argán, e indicado en cueros cabelludos sensibles, con caspa, irritados, y cabellos finos y sin volumen. Aunque no hace falta tener la cabeza enferma para usarlo: todos los cabellos se benefician de sus ingredientes, no lleva sulfatos, siliconas ni parabenos. Tiene una textura perfecta, trasparente, y para ser eco y natural, hace bastante espuma. No hay cuero cabelludo que se le resista.

Para mi cabello seco, medio y rizado va genial. Para el cabello de mi hija graso, fino y liso ¡también!

Sérum multifuncional de Argán

Aunque el best seller de la marca es la mascarilla, para mí este serum es mi favorito. Conocí este sérum o aceite seco hace unos 3 años, en verano, y desde entonces somos inseparables. Es todo lo práctico que puede ser un aceite seco: se absorve con facilidad en tu piel, la hidrata, la deja satinada… Pero en verano además me lo reparto por mi cabello antes de entrar en el agua, ya sea playa o piscina, y tras el baño. Y de verdad que mi cabello al final del verano ¡está incluso más sano y bonito que en primavera!

Cuando lo utilizo tras la ducha o antes de mi hidratante facial a modo de sérum me suelen preguntar por mi perfume… Y ya no digo más…

Acondicionador de Argán

Un buen champú necesita una buena pareja. Y ahí está ella. Llámala «acondicionador» o llámala «mascarilla», porque ésta es un dos en uno. En tu día a día puedes usarla como un acondicionador ligero, pero muy agradable de usar e hidratante. Si tienes más tiempo, déjala actuar 15 minutos en tu cabellera y lucirás una melenaza espectacular. Tiene una textura densa pero que se reparte muy bien a lo largo de la cabellera; además, como no es excesivamente líquida, va perfecta para ponértela como mascarilla sin que te caigan chorretones. El resultado es un cabello muy hidratado, nutrido, desenredado y brillante, de aspecto sanísimo.

Ah! Y su aroma… El aroma, igual que el resto de productos de la marca, es indescriptible: algo sensual, ligero, suave… embriagador.

Aceite puro de Argán

La joya de la corona. Un tesoro. Oro líquido. Puedo inventarme otros adjetivos así de increíbles para describirlo, pero hasta que no lo tienes en tus manos y lo pruebas, no lo entiendes. De gran poder nutritivo y regenerador, esta aceite puede usarse de los pies a la cabeza para diferentes indicaciones: tratamiento pre-lavado para el cabello, antiarrugas, protector del frío, regenerante de cicatrices, pre-base de maquillaje… y un sinfín de aplicaciones. Ha sido premiado en 2014 y 2015 como el mejor aceite de argán de Marruecos.

Y su presentación es divina.

Aceite de Argán

En cuanto a cosmética eco y natural, el aceite de argán es uno de los mejores aceites que existen.

No hace mucho te contaba cómo usaba yo el aceite de coco, mi otro enamorado… Y el aceite de argán no se queda corto, y entre los dos forman un estupendo equipo.

  • Hidratante
  • Nutritivo
  • Antiedad
  • Regenerador
  • No obstruye los poros (comedogénico)
  • Trata el acné
  • Reduce las estrías
  • Efecto relajante
  • Cicatrizante
  • Ideal embarazadas
  • Evita que las uñas débiles se estríen
  • Aporta brillo y fortaleza al cuero cabelludo
  • Evita que las puntas del cabello se abran

Un tratamiento semanal estupendo para tu cabello es aplicar aceite de argán bien repartido a lo largo de tu cabellera. Envuelve la cabeza en una toalla caliente y relájate como mínimo 1/2 hora (aunque puedes dejarlo como yo, toda la noche). Luego lávate con un champú suave y deja secar al aire. Pelazo sano y bonito.

¿Has probado alguna vez el aceite de argán en tu rutina de belleza? ¿Eres usuaria de cosmética eco? Te animo a que lo pruebes y, si es así, comentes aquí abajo tu experiencia.