Todo lo que querías saber sobre zumos y smoothies
Cada vez que saco un detox nuevo, sobre lo que más me preguntáis es sobre zumos y smoothies. Son como dos compañeros inseparables, donde el uno sin el otro no podrían existir. Y, chica, tampoco es así, pero la verdad es que estos dos brebages nos facilitan muchísimo las cosas. Lo cierto es que yo me enganché rapidísimo a los zumos verdes. Pero bueno, partía de la sana costumbre, ya en casa de mis padres, de hacerme un zumo con zanahoria y naranja. Eso fue así desde tiempos remotos. Así que imagino que no me costó mucho dar el paso hacia un zumo verde. Pero como todo en esta vida es probar, cambiar y mejorar, descubrí luego los smoothies. Nada que ver. «¿Pero qué es mejor?», me dirás. Pues los dos, porque son elaboraciones distintas que te irán bien en un caso u otro. Mi opinión personal es «zumos for ever«! Pero la verdad es que los smoothies me han ayudado un montón sobre todo en esos días en que no hay tiempo para nada. Te cuento:Zumos verdes:
- Se elaboran con un extractor de zumos lentos (a falta de éste, licuadora).
- Tienen fibra soluble, aunque «no la veas».
- Hidratan y alcalinizan muchísimo y son una forma excelente de aportar un extra de antioxidantes y oligoelementos.
- Me encanta tomarlos para romper el ayuno, tras el cual vendrá el almuerzo de padre muy señor mío.
Smoothies:
- Se preparan con la batidora o el típico vaso americano.
- Contienen toda la pulpa íntegra de sus ingredientes (mucha fibra ¿demasiada?).
- Nos aportan gran cantidad de micro y macronutrientes, con un poder energizante y saciante.
- Cuando me tomo un smoothie de unos 400 ml, ya no me entra nada más en mi barriga…
Mis dos recetas básicas:
Esto que te cuento ahora tampoco te lo tomes al pie de la letra… Que yo a veces hago alguna pequeña variación y alguien me dice «¿pero no dijiste que si lleva esto no puede llevar aquello?» … o algo por el estilo. A ver, esta es la base sobre la que trabajo. Pero luego, a la hora de la verdad, improvisa, inventa, crea, ¡imagina! ¡Lo que me divierto yo probando nuevas combinaciones, colores y sabores!
Mi receta base de zumos verdes lleva:
1 pepino (casi siempre) + 1 o 2 puñados de hojas verdes + 1 fruta + 1 superfood (jengibre, cúrcuma…)
Mi receta base de smoothies lleva:
200 ml de agua de coco (o agua) + 2 puñados de hojas verdes + 1 plátano (si es congelado, mucho más rico) + 1 fruta + 1 puñadito de germinados + toppings como aceite de coco o semillas de chía.
Lo que he descubierto sobre los smoothies y me ha puesto bailando salsa, es que puedo preparar bolsitas de congelación con los ingredientes ya cortados y preparados para diferentes smoothies. Así que cuando voy con prisas, saco una bolsa del congelador, la echo en la batidora, le añado agua de coco y en un minuto tengo no sólo un smoothie, ¡sino un pedazo de riquísimo extra delicioso smoothie! ¡Quedan muchísimo más ricos!
Algunos extras:
Ya puestos, si vamos a por un súper zumo o súper smoothie, te cuento mis 3 últimos descubrimientos:
– Añado a mi smoothie o zumo un sobre del pack A de Ringana. Imprescindible si quiero una piel radiante, si me estoy resfriando o tengo las defensas bajas. Es un plus de antioxidantes brutal para tu cuerpo y sobre todo tu piel. (Puedes ver todo lo que lleva aquí).
– Para un plus de energía añado medio chupito de Chi de Ringana (sólo medio, ya tengo suficiente ;P). Lleva un poco de cafeína, así como raíz de maca, jengibre y romero. Una joya para esos días en que estás más «plof». (Lo tienes disponible aquí).
– Dos gotas de aceites esenciales. Ya casi es un ritual diario en mí. Añado Thieves, limón o menta según me apetezca. (Si quieres más información sobre aceites esenciales, aquí te cuento un poco más).
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