El ABC de zumos y smoothies

El ABC de zumos y smoothies

Todo lo que querías saber sobre zumos y smoothies

Cada vez que saco un detox nuevo, sobre lo que más me preguntáis es sobre zumos y smoothies. Son como dos compañeros inseparables, donde el uno sin el otro no podrían existir. Y, chica, tampoco es así, pero la verdad es que estos dos brebages nos facilitan muchísimo las cosas. Lo cierto es que yo me enganché rapidísimo a los zumos verdes. Pero bueno, partía de la sana costumbre, ya en casa de mis padres, de hacerme un zumo con zanahoria y naranja. Eso fue así desde tiempos remotos. Así que imagino que no me costó mucho dar el paso hacia un zumo verde. Pero como todo en esta vida es probar, cambiar y mejorar, descubrí luego los smoothies. Nada que ver. «¿Pero qué es mejor?», me dirás. Pues los dos, porque son elaboraciones distintas que te irán bien en un caso u otro. Mi opinión personal es «zumos for ever«! Pero la verdad es que los smoothies me han ayudado un montón sobre todo en esos días en que no hay tiempo para nada. Te cuento:

Zumos verdes:

  1. Se elaboran con un extractor de zumos lentos (a falta de éste, licuadora).
  2. Tienen fibra soluble, aunque «no la veas».
  3. Hidratan y alcalinizan muchísimo y son una forma excelente de aportar un extra de antioxidantes y oligoelementos.
  4. Me encanta tomarlos para romper el ayuno, tras el cual vendrá el almuerzo de padre muy señor mío.

Smoothies:

  1. Se preparan con la batidora o el típico vaso americano.
  2. Contienen toda la pulpa íntegra de sus ingredientes (mucha fibra ¿demasiada?).
  3. Nos aportan gran cantidad de micro y macronutrientes, con un poder energizante y saciante.
  4. Cuando me tomo un smoothie de unos 400 ml, ya no me entra nada más en mi barriga…

Mis dos recetas básicas:

Esto que te cuento ahora tampoco te lo tomes al pie de la letra… Que yo a veces hago alguna pequeña variación y alguien me dice «¿pero no dijiste que si lleva esto no puede llevar aquello?» … o algo por el estilo. A ver, esta es la base sobre la que trabajo. Pero luego, a la hora de la verdad, improvisa, inventa, crea, ¡imagina! ¡Lo que me divierto yo probando nuevas combinaciones, colores y sabores!

 

Mi receta base de zumos verdes lleva:

1 pepino (casi siempre) + 1 o 2 puñados de hojas verdes + 1 fruta + 1 superfood (jengibre, cúrcuma…)

Mi receta base de smoothies lleva:

200 ml de agua de coco (o agua) + 2 puñados de hojas verdes + 1 plátano (si es congelado, mucho más rico) + 1 fruta + 1 puñadito de germinados + toppings como aceite de coco o semillas de chía.

 

Lo que he descubierto sobre los smoothies y me ha puesto bailando salsa, es que puedo preparar bolsitas de congelación con los ingredientes ya cortados y preparados para diferentes smoothies. Así que cuando voy con prisas, saco una bolsa del congelador, la echo en la batidora, le añado agua de coco y en un minuto tengo no sólo un smoothie, ¡sino un pedazo de riquísimo extra delicioso smoothie! ¡Quedan muchísimo más ricos!

Algunos extras:

Ya puestos, si vamos a por un súper zumo o súper smoothie, te cuento mis 3 últimos descubrimientos:

– Añado a mi smoothie o zumo un sobre del pack A de Ringana. Imprescindible si quiero una piel radiante, si me estoy resfriando o tengo las defensas bajas. Es un plus de antioxidantes brutal para tu cuerpo y sobre todo tu piel. (Puedes ver todo lo que lleva aquí).

– Para un plus de energía añado medio chupito de Chi de Ringana (sólo medio, ya tengo suficiente ;P). Lleva un poco de cafeína, así como raíz de maca, jengibre y romero. Una joya para esos días en que estás más «plof». (Lo tienes disponible aquí).

– Dos gotas de aceites esenciales. Ya casi es un ritual diario en mí. Añado Thieves, limón o menta según me apetezca. (Si quieres más información sobre aceites esenciales, aquí te cuento un poco más).

Tú que eres, ¿más de smoothies o de zumos verdes? ¿Has probado alguna de mis recetas? Cuéntanos tu receta de zumo infalible, anda!

Cómete tu ansiedad

¿Tu estado de ánimo condiciona tu alimentación o tu alimentación modifica tu estado de ánimo? Ambas respuestas son correctas y en este vídeo te comparto sobretodo cómo tus alimentos pueden determinar tus emociones. Al final del vídeo te propongo un ejercicio de...

Cocinar recuerdos

Cocinar es, indudablemente, una forma de amar. Si alguna vez me has leído sobre cómo escogemos nuestros alimentos según nuestro estado de ánimo (¡hola, comer emocional!), hoy aquí lo escribo al revés: cómo lo que comemos nos emociona.

¿Fruta antes o después de las comidas?

Esta es casi la pregunta del millón. Y no caduca. Quiero decir, que lo mismo la escucho ahora que tenemos tantísima información (buena y mala, que para eso hay tanta) como hace 20 años cuando estaba terminando la carrera..
El otro día me la volvieron a preguntar. Y me dije «oye Marta, grábate, y así difundes tu respuesta por doquier». Y eso hice.

Desayuno. Café a prueba de balas.

Quizá te suena de haberlo visto por redes sociales. O te lo ha contado tu compi de gimnasio. O lo has probado ya. O te da la sensación que te estoy hablando en chino. Café bulletproof, conocido también como «a prueba de balas».

14 ideas para comer más vegetales

14 ideas para comer más vegetales

 

Lo puedo decir más alto pero no más claro: Come más vegetales.

Y es que esto es lo más importante que saco de todos los años que llevo en el campo de la nutrición. Fíjate que, entre todas las corrientes dietéticas que hay (las que hay con evidencia científica, digo, no las modas y las locuras de gurús televisivos), hay algo en lo que siempre estamos de acuerdo: come más vegetales. Da igual que te tire una alimentación paleo, o que quieras ser vegetariano, o que te inspires con la macrobiótica… Todas ellas coinciden en cómo se beneficia tu salud cuando aumentas el consumo de vegetales.

Hace unas semanas fui publicando ideas en mi cuenta de Instagram. Y ahora voy a darte un empujón con mis ideas verdes. A ver qué te parece:

Zumos / batidos: aunque la mejor opción es la fruta y verdura entera (masticar es importante), si andas corto de verde, añadir un zumo o un batido a tu día siempre es una ayuda.

Tortillas: me encantan las tortillas entre otras cosas por su versatilidad. ¡Hazlas de lo que se te ocurra! Espárragos, ajetes, kale, escalibada…

Revuelto: lo mismo. Imagina un revuelto esponjoso y jugoso de setas y puerro…mmm…

Ensaladas: inventa ensaladas diferentes cada día. Si te falta práctica, ves anotándolas en una libretita, porque tenemos tendencia a hacer siempre la misma: abrir la nevera, a ver qué le pongo, y acabar haciéndola siempre igual. No, piensa qué ensalada quieres y hazla tal cual. Ensalada de tomate y aguacate, espaguetis de calabacín, kale love salad, gazpachos…

Horno: las verduras al horno son una delicia. Alcachofas al horno, escalibada, calabacín gratinado… Desde que incluyo unos básicos de cocina en mi sesión culinaria dominguera (alias Batch Cooking) enciendo el horno y lo lleno de diferenes verduras que se cocinan solas y las tengo para toda la semana. Por cierto, estas sesiones te vienen incluídas en mi Club VIP.

Pochar: una guarnición muy recurrida en mi casa es la cebolla pochada. Le da ese calor y toque dulce y suave a los platos fuertes que alimenta no solo el cuerpo sino también mi alma. Si tuviera que escoger uno, este sin duda sería mi básico entre los básicos.

Patés: nada es más fácil que hacerte tus propios patés vegetales. ¿Mi preferido? El de alcachofa. Hierve corazones de alcachofa, escurre y tritura con aceite, sal y pimienta. Listo. Pero puedes hacer de pimiento rojo, de calabacín, de berenjena, etc. Es una forma fácil de vegetalizar tus bocadillos o de servirlos en tu aperitivo.

Empanadas y pizzas: ¿quién dice que una pizza no puede ser saludable? Con espinacas, puerro, brócoli, champiñones…

Quiche y otras masas: cualquier masa de hojaldre o quebrada puedes vegetalizarla con tonos verdes, rojos y amarillos.

Woks: una de las formas que más me gusta de comer verdura es cortada a bastoncitos y triángulos y saltearla en aceite de coco en un wok. Queda crujiente, sabrosa y absolutamente apetecible.

Estofados: en meses fríos, nada como un buen estofado. Aprovecha para hacerlo con una buena base de sofrito con mucho vegetal, y trozos de calabaza, calabacín, guisantes….

Cremas: fácil y sin complicaciones. ¿Mis preferidas? De shitake, de cebolla, de champiñones, de calabaza y manzana, y de calabacín. Bueno, ¡y muchas más!

Rebozadas: es el tipo de cocción menos recomendable, pero de vez en cuando, gusta. Puedes rebozarlas con levadura nutricional y semillas de lino molidas, por ejemplo, y en lugar de freírlas hacerlas al horno.

Deshidratadas / chips: ya sea en horno convencional (aquí te mostré cómo hacer chips de kale) como en una deshidratadora, las hortalizas, frutas y verduras deshidratadas suponen no sólo un snack muy saludable sino un toque especial en una ensalada, para coronar un plato de arroz o cereales, o como picatostes originales en una crema.

Ahora ya no tienes excusa porque, como ves, hay muchísimas opciones para incluir vegetales a lo largo del día. Prueba, testea e inventa. En mi consulta a menudo se sorprenden de la versatilidad de las verduras, y es que la mayoría de las veces asociamos comer verdura con plataco de judías hervidas y poco más. ¿Más ideas? Bueno, aquí hay un montón, pero cada mes en mi Club VIP te sorprendo con nuevas aportaciones. 

¿Se te ocurre alguna idea vegetal más? ¡Venga, a ver si llenamos los comentarios de mucho vegepower!