5 tips para sanear tu dieta

5 tips para sanear tu dieta

Me apuesto lo que quieras a que con tanta moda de dietas, tantos expertos rondando por ahí y tantas celebrities confesando sus excentricidades culinarias tú no sabes qué comer ni cómo hacerlo. Tú, que lo único que quieres es estar sano, comer equilibrado y asegurar una buena alimentación a tu familia… ¡no sabes qué corriente o moda seguir! Que si dieta macrobiótica, que si paleo, que si vegana…

Bueno, olvídate de todo eso. Alguna vez te he dado más de una pauta para seguir una alimentción equilibrada (artículo, artículo, artículo). Hoy te voy a explicar 5 sencillos tips para convertir tu dieta, sea cual sea, en una súper dieta:

Estos son algunos de los pilares que trabajamos en consulta y que, a partir de ahí podemos ir construyendo el tratamiento adecuado. Pero esta base, estos 5 tips, son claves. Y tú, ¿sigues alguna dieta de moda? ¿Saneas tus menús? Cuéntame cómo haces para mejorar tu alimentación.

Tu plan B de menú saludable

Tu plan B de menú saludable

Lo ideal, ideal, ideal, ya sabemos lo que es. O por lo menos, lo que queremos que sea. Pero la vida a veces tiene otros planes y, antes de que la improvisación te lleve a tomar decisiones poco sanas, te invito, en este vídeo, a que tengas tu plan B.

Permeabilidad intestinal

Permeabilidad intestinal

En nuestro intestino existe una barrera intestinal en forma de microvellosidades, donde reside nuestra microbiota (esas bacterias amigas que viven en nuestro interior). Por debajo de esta microbiota se encuentra el acceso que va a permitir la absorción de los nutrientes que provienen de los alimentos digeridos, y además nos protege del exterior. La jefaza de todo esto es la Celulina, encargada de abrir los canales para que las vellosidades intestinales funcionen correctamente. ¿Qué pasa si la Celulina está por ejemplo, hiperactiva? Eso es lo que se llama permeabilidad intestinal o síndrome del intestino permeable.

Cocinar recuerdos

Cocinar recuerdos

Cocinar es, indudablemente, una forma de amar.
Si alguna vez me has leído sobre cómo escogemos nuestros alimentos según nuestro estado de ánimo (¡hola, comer emocional!), hoy aquí lo escribo al revés: cómo lo que comemos nos emociona.