Mindful eating

Mindful eating

Es probable que hayas oído hablar mucho sobre alimentación consciente o mindful eating…pero, ¿realmente sabes en que consiste esta disciplina? 

Para hablar de mindful eating primero debemos entender que es mindfulness y una de las definiciones más conocidas habla de “prestar atención de una manera especial: intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar” (Kabat-Zin,1990). 

Es importante resaltar que mindfulness no se trata de dejar la mente en blanco, ni tratar de obviar emociones y tampoco una técnica de relajación. Se trata sin más de aceptar los pensamientos tal como vienen, sin juzgarlos, para así, simplemente observarlos desde un lugar de permiso. Se trata de mirarnos desde fuera, ya que por si no lo sabéis, os adelanto que “nosotros no somos lo que pensamos”. 

Esto aplicado a la alimentación, básicamente se basa en disfrutar de todo el proceso de nutrir el cuerpo y empieza desde el momento en que nos viene a la cabeza lo que nos vamos a comer, hasta que tenemos la comida dentro de la boca. En definitiva, se trata de poner consciencia plena en todo lo que pueda estar influenciándonos en hacer unas elecciones u otras, con el objetivo de liberarnos de la culpa que a veces puede aparecer por no haber sabido escuchar las señales internas del cuerpo que nos dicen como, cuando y cuánto comer.

Se trata de una práctica vinculada al autocuidado y surge de las ganas del individuo a ser responsable con todo lo referente a su bienestar. Vincular alimentación consciente con perdida de peso no sería apropiado, ya que dicha práctica esta basada en aprender a ser flexibles con nosotros mismos, permitiéndonos darle al cuerpo lo que necesita a través de la escucha del mismo. Esta escucha deriva de los pensamientos, pero también de las emociones y sensaciones que experimentamos en nuestro cuerpo y precisamente son en estos dos últimos, donde la práctica de esta disciplina pone el foco, ya que la rueda de la vida en la que estamos inmersos, nos hace vivir constantemente en piloto automático y no permitirnos ver más allá de nuestros pensamientos. 

Acercarnos a nuestras sensaciones físicas y emociones de una forma amable con respecto a los alimentos, nos conducirá a mejorar nuestros comportamientos entorno a la comida. Que el mismo acto de comer se convierta en un momento en el que se presta atención plena, sin juzgar y simplemente centrándonos en explorar las sensaciones que nos provocan los alimentos, nos llevará a reconocer lo que nuestro cuerpo nos pide y a saber nutrirlo de la forma adecuada. 

Para poder entender esto último, la autora del libro “Comer atentos”, Jan Chozen Bays, pediatra de la Universidad de Harvard, lo define a la perfección en sus páginas haciendo la distinción entre los distintos tipos de hambre que existen ayudando así a esclarecer los distintos comportamientos alimentarios con los que podemos sentirnos identificados. Se trata de siete formas diferentes: 

  • Hambre olfativa: se sacia a través de la fragancia
  • Hambre bucal: se sacia a través de las sensaciones
  • Hambre visual: se sacia a través de la belleza

Estos tres tipos anteriores pertenecen al tipo de hambre sensorial que están vinculadas con el apetito y deben existir para garantizar nuestra supervivencia. 

  • Hambre de corazón: se sacia a través de nutrirnos emocionalmente y todo lo vinculado con el placer de comer
  • Hambre estomacal: se sacia a través de los grupos de alimentos en cantidades adecuadas y las percibimos por ejemplo por el rugir de nuestras tripas.
  • Hambre celular: se sacia a través de nutrir nuestras células del cuerpo y la percibimos cuando están bajas de energía con síntomas como el cansancio, irritabilidad, etc.
  • Hambre mental: la forma de saciarla es a través de conseguir calmar la mente, lo cual solo lograremos haciéndonos conscientes de nuestros pensamientos y dejándolos ir, sin que nos influyan en nuestras decisiones.

Con todo esto, te animo a que si sientes curiosidad y te apetece adentrarte en el maravilloso mundo de la consciencia plena, empieces por esta magnifica lectura que te ayudará a conocer mejor esta disciplina y te asentará las bases para quizás poder empezar a tener una buena relación con la comida. También te puede interesar el artículo «Cómo superar el comer emocional».

 

¿Cuéntame, sabrías decir qué tipo de hambre sientes cuando comes?
¿Crees que comes haciendo otras cosas o por el contrario, tomas consciencia del
momento presente?