Tengo SIBO, ¿y ahora qué?

Tengo SIBO, ¿y ahora qué?

Llevas tiempo con malas digestiones, la barriga hinchada y después de probar mil remedios, infusiones, pastillas, detox… das con alguien (nutricionista o médico) que te pide unas pruebas raras.

Te han hecho tomar un brebaje de lactulosa o glucosa, y soplar en diferentes momentos en lo que se llama el test de aliento. El objetivo del test es determinar la cantidad de hidrógeno y metano del aliento.

Si tienes más de 20 ppm de hidrógeno o un aumento de 10 ppm de metano respecto al valor basal, está diagnosticado: tienes SIBO.

O lo que es lo mismo, Sobrecremiento Bacteriano.

Pues vale, tú, ni idea. Y ahora, ¿qué?

Primera pregunta: ¿eso es grave?

Quizá ya te ha empezado a complicar la vida y si no, lo que es seguro es que cuanto más tardes en tratarlo más te la va a complicar.

El SIBO  (small bacterial overgrowth) es el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Es decir, en el intestino grueso hay bacterias, y bien, pero cuando hay muchas, empiezan a «subir» y van ocupando terreno que no debería ser suyo.

Las primeras manifestaciones clínicas que puedas haber notado son gases, distensión abdominal (esa barriga hinchada y dura), diarrea o estreñimiento, eructos y acidez de estómoga. Tan agradable como que te acaricien con papel de lija. Horrible.

Más tarde y sin darte cuenta, puede que te encuentres con que tienes alguna intolerancia alimentaria (gluten, lactosa, sorbitol…), y por lo tanto, alguna carencia también, ya sea de hierro o de algunas vitaminas, y quizá te sientas siempre cansada/desmotivada. Como ves, la cosa se va poniendo intensa.

Bueno, pues esto hay que tratarlo ya, amiga, porque a la larga este SIBO puede acabar ocasionando otros trastornos. Los principales:

– Permeabilidad intestinal (aquí te hablo de ella)

– Inflamación sistémica

– Enfermedades autoinmunes (abro cajón enorme que no te lo acabas: celiaquía, Crohn, Colitis…).

Así que está claro clarinete; ahora que ya sabemos qué hay y qué puede haber, vamos a ponernos las pilas y ver qué podemos hacer.

Segunda pregunta: ¿cómo tratar el SIBO?

Esto no puedes hacerlo sola. Lo ideal es que te lo lleve un médico, un nutricionista (¡yo!) y un psicólogo. Algunos te dirán que con un nutricionista vale. Ok. Yo te digo que mi parte como nutricionista te la cubro a la perfección pero lo que no es de mi competencia, obviamente, no.

El tratamiento para SIBO tiene 3 pilares fundamentales:

Dieta

Farmacoterapia

Gestión emocional.

¿Ves? Yo te trato con la dieta, pero necesitas la receta médica para los fármacos que sí, aunque a mí me veas muy natural y muy hippy, en SIBO son imprescindibles. En serio, imprescindibles. Tampoco te voy a tratar tu estrés. Te puedo aconsejar cosas que a mí me funcionan, pero el trabajo de un buen psicólogo no lo suple nadie.

Así que vamos por pasos y apunta o guárdate esta información porque es muy importante:

Farmacoterapia

Son imprescindibles algunos fármacos y algún suplemento para eliminar algunas bacterias intestinales y repoblar tu microbiota. Algo así como pasar la aspiradora y luego fregar el suelo. ¿No lo harías al revés, verdad?

Con esto me refiero a que en el tratamiento para el SIBO el orden SÍ altera el resultado. Y por eso me pongo las manos a la cabeza cuando por ahí se recomiendan probióticos (de los que en otras ocasiones soy muy fan) sin ton ni son. Si tienes SIBO y tomas probióticos, la has liado parda. ¿Lo notas con tus síntomas verdad?

Así que primero el médico te recetará Rifamicina, un antibiótico de amplio espectro para acabar con las bacterias invasoras. Luego si tienes dispepsia yo misma te recomendaré enzimas digestivas (estas son la leche). Y ya por último, los probióticos para restablecer esa flora intestinal.

El orden es así. No de otra forma. Así.

Gestión emocional

Aquí yo poco te puedo ayudar, pero por experiencia te digo que he usado muchísmas herramientas, pero al final la capitana eres tú. La que decide si quieres salir de ahí o estancarte y victimizarte no es otra persona, ni pastilla ni chupiflauta que tú.

Así que una buena psicóloga, meditar, aceites esenciales, algún suplemento, te pueden ayudar, pero tú eres la jefa, reina 😉

Haz todo lo que esté en tus manos para asegurarte un descanso nocturno de 8 horas. Si no es así, trátate eso también. Respeta los ritmos circadianos noche y día. Y quiérete mucho. Pero de verdad, incondicionalmente.

La dieta

Es la FODMAP. Para tratar el SIBO, el tratamiento nutricional indicado es la famosa dieta FODMAP.

Y es un coñazo porque yo que soy muy poco de hablar de dietas, y promuevo la flexibilidad alimentaria, etc. pues aquí no. La FODMAP es estricta y o la haces, o la haces. Si no, ya sabes: seguirás con gases, hinchazón abdominal, dolor y todo lo que te he contado más arriba.

La dieta en cuestión elimina los alimentos que fermentan en tu intestino (Oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) y tiene 3 fases:

1- Fase de eliminación. Todos los alimentos altos en FODMAP, fuera. Todos, sin excepción. Y eso lo haces durante unas 6 semanas. Es durillo, pero eficaz (¿eficacísimo existe?).

2- Fase de reintroducción. Ahí vamos introduciendo poco a poco los alimentos que habíamos eliminado en la fase 1. Y observar qué pasa.

3- Mantenimiento. Porque como no quieres pasar por todo esto nunca más, vamos a aprender cuál es tu nivel de tolerancia y cómo puede ser para ti una forma de comer sostenible en el tiempo.

La dieta FODMAP da para mucho. En este post la expliqué con más detalle. Pero bueno, amiga, si te han diagnosticado SIBO, espero que estas cuatro pinceladas de este artículo te sirvan y si necesitas que te eche un cable, yo soy la nutricionista que estás buscando 😉

Cómo leer el etiquetado nutricional…

Cómo leer el etiquetado nutricional…

…sin caer en sus trampas.

Porque de hecho, la mayoría no son más que trampas. Este artículo hace mucho tiempo que estaba entre bastidores… Y es que sé que es algo que me preguntas a menudo, que crees que necesitas saber, pero al final, en mis conclusiones, entenderás por qué lo he ido postergando.

La industria alimentaria tiene una finalidad. Y no, no es que estés sana, que te alimentes bien y que tus hijos crezcan felices. La finalidad de la industria alimentaria es ganar dinero. Crearte una necesidad y que inviertas en ella en tu día a día.

Una vez entendido esto, entenderás que las etiquetas nutricionales no son mera información, sino un absoluto y gigante reclamo publicitario. Está dentro de la legalidad subrayar, exagerar u omitir cierta información. Y todo ello para que compres.

Según algunos estudios, parece ser que, después de estar unos años con el etiquetado nutricional, la decisión de compra en el hogar español no ha mejorado en absoluto. Así que… ¿qué decir sobre el etiquetado nutricional?

Partes de la etiqueta:

En un envoltorio cualquiera de un producto alimentario nos encontramos con 3 partes destacadas en cuanto a información nutricional ser refiere:

  1. El reclamo publicitario o promesa. Con esto me refiero a esa palabra en grande y colorida que yo llamo el «reclamo para principiantes». NI LO LEAS. Palabras como «Bio», «Sin gluten», «Light», «Rico en calcio» y mil memeces más, que la mayoría de las veces son medias verdades o tomaduras de pelo absolutas. O sea, que un queso lleve como reclamo «sin gluten» es… pues eso, una tomadura de pelo! El queso no debería de llevar nunca gluten! Suelen ser reclamos para hacernos creer que el producto en cuestión es más sano, más nutritivo o menos calórico.
  2. El análisis nutricional. Que cuenta lo que no es taaaan importante. Que me diga las calorías no me interesa mucho, la verdad. Si me dice las grasas, pero me mete en el mismo saco las saturadas, las monoinsaturadas y las hidrogenadas, tampoco me sirve para nada. Y si me informa de la cantidad de calcio del producto, está demostrado que el consumidor sólo por el hecho de que aparezca la palabra «calcio», ya lo interpreta como algo bueno… sin ni siquiera leer la cantidad que lleva.
  3. Los ingredientes. Es lo único que tienes que leer. Los ingredientes de un producto aparecen en orden de mayor a menor cantidad. Así que si de primero ves agua, azúcar, grasa de palma… ya no sigas leyendo. El truqui en este apartado es que nos meten tal cantidad de ingredientes, y con unas letritas tan chiquitas, que es un auténtico horror leerlas.

 

Triquiñuelas:

Vamos a llamarlas así, porque aunque se amparan bajo una legislación muy débil, el objetivo es engañarte. Así que vamos a ver cómo lo consiguen:

Sobre el azúcar, ya sabes que es malo (concluyendo mucho), así que lo camuflan con otros nombres como fructosa, dextrosa, glucosa, lactosa, galactosa (todo lo terminado en -osa es azúcar), maltodextrina, melaza, jarabe de maíz, jarabe de maíz de alta fructosa, azúcar invertido (huye de este a toda costa), jarabe de arce, almíbar, jugo de caña, etc.

La información suele aparecer por 100 gramos o mililitros de producto. Esto es una estrategia simple pero muy efectiva: la mayoría de compradores no va a ponerse a calcular cuánto ingerirá realmente de ese producto si la ración son 250 mg y la información aparece en 100 mg.

El «sin azúcar» en realidad esconde un «alto en edulcorantes chungos». ¡Lo light y bajo en azúcar es tremendamente insano!

Enriquecer o vender una bondad para esconder un error. Típico en los cereales y galletas de desayuno, sobre todo los destinados a los niños. (No le des esas porquerías a tu hijo). En este caso, la etiqueta anuncia que son energéticos, ricos en hierro, favorecen el crecimiento, etc. Pero gira el paquete, gira… ¿has visto la cantidad de azúcar que llevan? Eso, obviamente, anulan todas las posibles bondades que pudiera tener el producto. 

Quitar la grasa. Y con eso, nos quedamos tan anchos y pensamos que es mejor, más sano. Si quitan algo, grasa en este caso, deben meterle otra cosa… Ejemplo: un yogur natural lleva leche y fermentos. Punto. Un yogur desnatado lleva leche desnatada pasteurizada de vaca, jarabe (maltodextrina, almidón modificado, saborizante idéntico al natural, sucralosa y acesulfame K, sorbato de potasio, ácido láctico, ácido cítrico, simeticona, citrato de sodio), crema pasteurizada de vaca, sólidos de leche, almidón modificado y cultivos lácteos. Sanísimo, vamos…

Conclusiones y consejos:

La mejor conclusión a la que puedo llevar es que comas comida, y no productos. Pero voy a mojarme un pelín más:

  • Los productos sanos no llevan etiqueta. No la necesitan.
  • La etiqueta «bajo en», «bio» y todas las que he comentado, no son sinónimo de producto sano.
  • Toda la comida basura añade frases para confundir al consumidor. Y se limpia la consciencia bajo la típica frasecilla minúscula «consumir con moderación, en el marco de una dieta equilibrada». ¡Y se quedan tan anchos! ¡Si hasta el envase de los Cheetos tiene la pirámide nutricional y se pueden consumir «con moderación»!
  • El producto original siempre es mejor que su versión mejorada (mejor un yogur que uno light, enriquecido, para ir de vientre, para crecer o lo que sea).
  • Total: come alimentos, comida real, que no necesite etiqueta. Muchas frutas y verduras, alimentos frescos… Y si algún día te apetece un producto elaborado, tómatelo, pero a sabiendas que es un producto con poco o nulo interés nutricional.
¿Lees las etiquetas antes de comprar? ¿Crees que esto influye en tu decisión final?
Cocinar recuerdos

Cocinar recuerdos

Cocinar es, indudablemente, una forma de amar.
Si alguna vez me has leído sobre cómo escogemos nuestros alimentos según nuestro estado de ánimo (¡hola, comer emocional!), hoy aquí lo escribo al revés: cómo lo que comemos nos emociona.

leer más
¿Fruta antes o después de las comidas?

¿Fruta antes o después de las comidas?

Esta es casi la pregunta del millón. Y no caduca. Quiero decir, que lo mismo la escucho ahora que tenemos tantísima información (buena y mala, que para eso hay tanta) como hace 20 años cuando estaba terminando la carrera..
El otro día me la volvieron a preguntar. Y me dije «oye Marta, grábate, y así difundes tu respuesta por doquier». Y eso hice.

leer más
Desayuno. Café a prueba de balas.

Desayuno. Café a prueba de balas.

Quizá te suena de haberlo visto por redes sociales. O te lo ha contado tu compi de gimnasio. O lo has probado ya. O te da la sensación que te estoy hablando en chino. Café bulletproof, conocido también como «a prueba de balas».

leer más

Receta de cúrcuma latte

Receta de cúrcuma latte

Puestos a hablar de cúrcuma (con esta receta empezó todo) hoy voy a compartir la receta de Cúrcuma Latte cuyo protagonista sigue siendo, obviamente, esta maravillosa especia. Cabe distinguir lo que llaman «cúrcuma latte» de «leche dorada», que no es lo mismo. La leche dorada o golden milk es una bebida vegetal hecha con una pasta previamente preparada a base de cúrcuma,  pimienta y otras especias, más un componenete graso que facilita su absorción intestinal.

Esta es en realidad la bebida de la que voy a escribir hoy, aunque actualmente el término Cúrcuma Latte hace referencia a una bebida vegetal con los mismos ingredientes que la leche dorada pero sin la preparación previa.

En mi opinión, no hay color. Apuesta por la versión que te comparto hoy y verás la diferencia.

Ingredientes del preparado:
    • 60 ml de cúrcuma
    • 1 c.s. pimienta 
    • 250 ml agua
    • 60 ml aceite de coco

Para el cúrcuma latte

  • 100 ml agua
  • 250 ml leche de coco
  • La ralladura de 1 limón
  • 1 c.p. jengibre en polvo
  • 1 c.p. canela
  • 1 c.s. concentrado
Preparación:

Para el concentrado

Añade todos los ingredientes (excepto el aceite) en un cazo a fuego medio y remueve hasta integrar.

Ahora sí, añade el aceite, mezcla y cuando lo tengas integrado guarda en un recipiente hermético en la nevera. Se te conservará bien unas 2 semanas.

Para el cúrcuma latte

Fácil: en un cazo a fuego medio añade todos los ingredientes y remueve bien con una varilla hasta integrar y disolver el concentrado. Sirve.

¿Por qué te recomiendo que tengas siempre este concentrado en un nevera para prepararte tu golden milk (alias cúrcuma latte)? Porque esta bebia sumamente antioxidante y antiinflamatoria puede protegerte de enfermedades cardíacas, reducir la inflamación, mejorar la función cognitiva, reducir el azúcar en sangre, mejorar la depresión, potenciar tu sistema inmune… ¿Sigo?

Así que ya vas, amiga, tomar habitualmente esta maravillosa bebida seguro que va a beneficiarte de una u otra forma. Y, aunque de buenas a primeras puede parecerte una bebida fuerte o picante, te aseguro que si no has caído en sus redes la primera vez, poco a poco irás enamorándote de ella.

¿Nos tomamos una cúrcuma latte juntas?

 

5 virtudes de las Caps Protect

5 virtudes de las Caps Protect

Digo 5, porque es un número que me gusta, pero realmente podría nombrar 8, 15 o más. Y estoy segura que cuanto más investigue sobre ellas, más me alucinarán.

Que pienso yo que no debemos empezar la casa por el tejado, que lo suyo es construir y cuidar unos buenos cimientos. Y estos en nuestra vida y nuestra salud son una alimentación que vaya acorde con tus genes, movimiento habitual, uso de la fuerza en tu día a día, menta en calma, descanso profundo. Y ya cuando todo esto está bien, si aún así hay goteras, entonces sí, vayamos a ver qué pasa en el tejado.

Bueno amiga, que a veces poniendo ejemplos y metáforas me voy por los cerros de Úbeda… Pero a lo que me refiero es que cuando te cuidas tanto como yo (como cualquier persona a la que ponemos la etiqueta de «sana») y a tus cuarentaytantos aparecen cosillas que no te dejan disfrutar de una salud plena, toca buscar soluciones.

Pero de las buenas. Y las caps Protect son una de esas soluciones que flipas. Porque estamos tan cansadas de gastarnos pasta (poca o mucha) en suplementos y remedios que no sirven para nada, que cuando topas con unas cápsulas tan mágicas, flipas pepinillos.

Fíjate que esto es lo que debería de pasar siempre, ¿no? Compras un remedio, y tendríamos que notar resultados. Bueno, pues las Protect se notan… ¡vaya que si se notan!

Te presento las Caps Protect

Esta maravilla de suplemento viene presentado en una cajita metálica redonda, con 90 cápsulas.

Cada cápsula contiene:

extracto de naranjas sanguinas (Citrus sinensis), extracto de té verde (Camellia sinensis), astaxantina (extracto de algas Haematococcus pluvialis), extracto de bayas de maqui (Aristotelia chilensis), extracto de tagetes (Tagetes erecta), bisglicinato de zinc, bisglicinato de cobre y L-Tirosina todos ellos de máxima calidad. E insisto en lo de «máxima calidad» porque Ringana trabaja con alta tecnología y produce todos sus productos con unas formulaciones a base de principios activos espectaculares.

beyond omega

Beneficios de tomar Protect

Pues ya te he dicho que pueden ser muchos, y si te fijas en los ingredientes, seguro que nos quedamos cortas: zinc, cobre, astaxantina… Las caps Protect son el suplemento de más poder antioxidante que conozco. ¿En qué puede beneficiarnos, pues? Como en el título te he puesto «5 virtudes de las caps Protect», pues vamos a por esas 5:

1- Protección contra el estrés oxidativo. Por hache o por be, nuestras células se oxidan y producen daños a diferentes funciones de nuestro cuerpo. Las Protect lo evitan increíblemente bien.

2- Protección contra el envejecimiento digital. Porque esa luz azul que nos acompaña todo el día en las pantallas de móvil, TV, ordenador… enferma tu piel y tus ojos. Lo mejor que te puede pasar con esa luz azul es que te salgan manchas y envejezcas prematuramente. De nuevo, las Protect lo evitan.

3- Mejora la agudeza visual. Que aunque seas de las personas afortunadas que presumen de buena vista, con la edad, eso irá pasando… y tarde o temprano irás perdiendo vista. ¿Te suena la luteína o la zeaxantina? Son nutrientes imprescindibles para la salud ocular, y cómo no, están presentes en las caps Protect.

4- Formación de melanina y pigmentación óptima de la piel. Alucino con el bronceado uniforme, perfecto y sin manchas que consigo cada verano desde que me tomo mis Protect. Son un auténtico escudo protector que actúa desde dentro. Si buscas mejorar tu bronceado con algún suplemento, sin duda las caps Protect son el mejor que te puedas tomar.

5- Protección de ojos y anti ojos secos. Este lo he dejado para el último porque es mi preferido. Hace un par de años sufrí de ojos secos, horrible, lo que me provocaba blefartitis y unas infecciones oculares que daban miedo. Ningún oftalmólogo me supo aconsejar para prevenir o qué podía hacer yo para mejorar mi situación a parte de echarme gotas todo el día. Aparecieron las Protect en mi vida, junto a las Beyond Omega, y nunca más he tenido una blefartitis. Que poco se habla de los ojos secos, pero cuántos problemas que dan…

Indicaciones de las caps Protect

Pues teniendo en cuenta que la contaminación, el estrés, las pantallas, en fin, que nuestra vida hoy en día tiene tanta carga oxidativa, yo personalmente lo recomendaría a todo el mundo, pero en especial a personas que ya sufren o tienen predisposición a sufrir las siguientes patologías:

– Enfermedad de ojos secos

– Psoriasis

– Manchas solares

– Enfermedades autoinmunes dérmicas

– Eczemas

También lo recomiendo, como potentísimo antioxidante, a todas las personas que trabajan al sol (agricultores) o delante del ordenador.

Mi experiencia con las caps Protect

Como te conté en el artículo que dediqué a las Beyond Omega, la psoriasis me acompaña desde mis 18 años, y la llevo bien, la verdad, pero me la trabajo mucho: alimentación con muchos vegetales, grasas saludables (ahí entran los omega 3) y gestión del estrés con la práctica de la meditación y aceites esenciales.

Y desde 2017 los ojos secos me sorprendieron cuando salí de la intervención para corregir mi miopía. La operación bien, gracias… pero las secuelas… ojos secos (más información aquí). Si no los sufres o no conoces a alguien que los sufra quizá te parezcan una tontería pero son un horror. ¿Te imaginas qué podría ser despertarte por la mañana e intentar abrir los ojos y que estos no se te abrieran? Sí, de angustia máxima… Sobretodo la primera vez que me ocurrió.

Desde que las Protect entraron en mi vida, nunca más he tenido esa sequedad ocular extrema que me enfermaba los ojos. Ni tampoco ningún brote de psoriasis. 

Y estoy segurísma que si tienes tendencia a sufrir algunos de los síntomas o patologías que menciono en este artículo, las caps Protect te ayudarán muchísimo. 

Lo sé. Porque yo lo he vivido. 

En este botón de aquí abajo puedes ver toda la información detallada de las mismas (como su composición, que no he añadido a este artículo para no hacerlo eterno). Y si tienes dudas de si realmente son adecuadas para ti, pregúntame, que te acompaño 😉

La mejor receta de curry de garbanzos

La mejor receta de curry de garbanzos

Me chiflan los currys. De verduras, de gambas, de lentejas, de pollo… De lo que sea, esa combinación de especias, caldo y leche de coco y la base de vegetales, mmm… me la comería todo el año.

Y como «práctica» es mi segundo nombre, cuando descubrí lo súper fácil que es cocinarte un buen curry, oye, pues ya este pasó a ganarse el título de uno mis platos preferidos.

Hoy te presento un Curry de Garbanzos, vegano, rico en fibra y si acompañas de un ligero arroz basmati se convierte en un menú muy completo y delicioso. Lo preparas en 10 minutos y no te llevará más de veinte tenerlo cocinado listo para degustar.

Toma nota:

Ingredientes (4 raciones):
  • 1 cucharada sopera de aceite de coco
  • 1 unidad pequeña de cebolla blanca
  • 1 cucharada de postre de jengibre
  • 2 cucharadas de postre de cúrcuma
  • 5 gramos de pasas
  • 2 vasos pequeños de leche de coco de lata
  • 1 vaso de caldo vegetal
  • 1 cucharada sopera de mantequilla de cacahuete
  • 1 zanahoria
  • 1/2 brócoli
  • 1 vaso de guisantes congelados
  • 1 puñado de espinacas
  • 1 cucharada sopera de zumo de limón
  • 200 gramos de garbanzos cocidos
Preparación:
En una olla calienta el aceite. Añade la cebolla picada fina, sal y las espacias. Deja que se dore un par de minutos.

Añade un poco de la leche de coco y mezcla. Añade las pasas y la mantequilla de cacahuete, y dora 1 minuto.

Agrega la zanahoria cortada a rodajas y dora un par de minutos. Incorpora el resto de la leche de coco y el caldo vegetal. Deja que se cueza unos 5-7 minutos y añade el brócoli desmenuzado y los guisantes.

Después de 4 minutos agrega las espinacas picadas. Deja que se haga durante 2 minutos más y apaga el fuego.

Incorpora los garbanzos, sal y pimienta al gusto, y zumo de limón.

Sirve con un poco de arroz basmati hervido y disfruta de este maravilloso plato completo. ¿Cuál es tu curry preferido?

Únete a La Comunidad y aprende más recetas como esta, prácticas, deliciosas y acorde con tu entorno, gustos y necesidades.

Qué esperar de tu nutricionista

Qué esperar de tu nutricionista

Se busca nutricionista

Llega el buen tiempo, empiezas a lucir palmito, a recuperar la ropa del verano pasado y… ¡horror! necesitas urgentemente bajar de peso.

Esto es típico, ¿a que sí? Y es e primer error cuando buscas un nutricionista: en realidad estás buscando una solución a esa imagen que está en el espejo y no te gusta, o no cumple las expectativas.

Y además, como estamos acostumbrados a que todo es para ya, rápido, inmediato, que no hay tiempo que perder, en este caso buscas que la solución a esos quilos de más sea también rápida, para ya, que tienes planes (una boda, un día de playa, un planazo… quién sabe).

Fíjate que esa forma de solucionar las cosas requiere de una actitud pasiva, receptiva. Estás buscando que una dieta, una nutricionista (algo que viene de fuera) te solucione tu problema.

¿Lo pillas?

Toma las riendas

Si quieres de verdad sentirte a gusto con tu cuerpo, busca en tu nutricionista a alguien que te muestre el camino, que te acompañe, pero que no te ordene qué tienes que hacer, ni mucho menos te prohíba comida. Esto no va de «ordeno y mando», si no de descubrir juntas qué habitos de vida (alimentación, actividad física, sueño…) son coherentes con tu realidad y puedes sostenerlos en el tiempo fácilmente.

A menudo cuando estoy con amigos alguien suelta el chiste típico «como me vea mi nutri…» agarrando una cerveza, unas patatas bravas o esa comilona que le está esperando. Ja, ja. Como si yo no tuviera nada más que hacer que regañar a mis clientes… No gracias.

Lée bien: eres tú quien tiene que responsabilizarse, tomar las riendas, y tomártelo como un aprendizaje para mejorar tu versión.

De otra forma, eso será otra vez más la típica dieta que tarde o temprano vas a abandonar. Y ya sabes lo que pasa con las dietas que empezamos y acabamos… Que todas nos dejan unos quilos de más (sí claro, los recuperas todos y alguno de gratis) y la autoestima por los suelos.

Los 2 pilares de mi consulta

Yo quiero ayudarte, eso está claro ¿verdad?

Pues después de más de 16 años de experiencia en consulta, de aprender de los errores, de estudiar, de ver qué funciona y qué no, etc. los últimos 5 años siento orgullo de cómo se trabaja en mi consulta. Algo así como si hubiera encontrado mi fórmula. Aún así, no porque haya encontrado mi «consulta perfecta» la dejo ahí, sino que sigo en constante mejora y evolución.

1- Conocimiento:

Esto es algo primordial. ¡Madre mía si la ciencia de la nutrición cambia casi de un día para otro! Bueno, ahí exagero, pero vamos, que lo que yo estudié en la carrera hace ya casi 20 años está prácticamente todo obsoleto. Es necesaria y urgente una actualización en cursos, libros y artículos de  nutrición. Y también, porque la obesidad no es sólo fisiología y calorías sino muchísimos otros factores, es interesante que tu nutricionista sepa «de otras cosas», porque todo suma y todo está relacionado. (Un día te contaré a qué me refiero con «otras cosas»…).

2- Acompañamiento:

Esto fue de lo primero que aprendí: si el contacto con el cliente se limita al día de la sesión, y esta sesión tiene una frecuencia quincenal, ¡o mensual!, lo has perdido. Lo que pasa entre sesión y sesión es casi más importante que lo que se hable en las sesiones. Por ello en mi consulta hacemos sesiones vía Zoom, donde trabajamos con herramientas de coaching nutricional (son sesiones de trabajo, nada de pesar y dar una dieta) y mi cliente tiene acceso a una app que nos permite estar en contacto diario. Eso lo hace por la opción de chat directo conmigo, pero también porque todo lo que escriba en la app (lo que come, cuando entrena, etc.) lo veo al instante y lo puedo comentar. Y de igual forma, lo que yo le recomiendo, mi cliente lo ve ipso facto en su aplicación.

Pongo verdaderamente esfuerzos en mejorar estos dos pilares; mis conococimientos y la calidad de mi acompañamiento.

¿Vas a ponerte a dieta otra vez?

Por milésima vez:las dietas no funcionan.

Pero no funcionan por lo que te he explicado arriba de este artículo: porque la solución no tiene que venir del exterior, sino de ti.

Conmigo trabajaremos la creación y consolidación de hábitos saludables, la eliminación de aquellos hábitos que te hacen daño o que quieres fuera de tu vida, te ayudaré a marcarte objetivos, a alimentarte de forma acorde con las necesidades de tus genes, pero también de tus gustos, tu forma de cocinar, tu entorno… Te ayudaré a organizarte y a sacar todo tu potencial.

Vamos a crear jutnas esa fórmula perfecta, pero aún así flexible, para que estés y te sientas sana, hermosa y merecedora de una vida plena.

¿Estás lista? Puedes ver qué hay más en mi página de servicios, reservar una sesión gratuita conmigo para ver si conectamos o escribirme a contact@martamatocoach.com.

Un abrazo, preciosa 😉

¿Fruta antes o después de las comidas?

¿Fruta antes o después de las comidas?

Esta es casi la pregunta del millón. Y no caduca. Quiero decir, que lo mismo la escucho ahora que tenemos tantísima información (buena y mala, que para eso hay tanta) como hace 20 años cuando estaba terminando la carrera..
El otro día me la volvieron a preguntar. Y me dije «oye Marta, grábate, y así difundes tu respuesta por doquier». Y eso hice.

leer más
Desayuno. Café a prueba de balas.

Desayuno. Café a prueba de balas.

Quizá te suena de haberlo visto por redes sociales. O te lo ha contado tu compi de gimnasio. O lo has probado ya. O te da la sensación que te estoy hablando en chino. Café bulletproof, conocido también como «a prueba de balas».

leer más
Desayuno. Yogur con granola

Desayuno. Yogur con granola

En este blog ya tienes varias entradas sobre los mitos que rodean el concepto del desayuno (aquí), y algunas ideas para que rompas el ayuno nocturno (aquí). Pero hoy se me ha ocurrido abrir dentro de la categoría de «Recetas», una exclusiva para los desayunos. Así que hoy te presento mi desayuno más habitual este verano: Yogur con granola.

leer más