Mis 2 desayunos antiinflamatorios preferidos (y por qué no me canso de ellos)
Si hay algo que puede marcar la diferencia en cómo te sientes durante el día, es cómo rompes el ayuno.
Y no, no me refiero a hacerte un smoothie de unicornio con polvo de hadas y proteína sabor “galleta feliz”.
Me refiero a desayunar de verdad: alimentos reales, equilibrados y antiinflamatorios que nutren tu cuerpo y calman tu sistema nervioso.
Hoy quiero compartirte mis dos desayunos básicos, los que repito una y otra vez porque son rápidos, equilibrados y me dejan con esa sensación de “empiezo el día cuidándome en serio”.
DESAYUNO BÁSICO I
(Yogur + avena + chía + huevo)
Un formato que no falla. Contiene todos los nutrientes en las proporciones ideales para empezar el día: proteínas, grasas buenas, fibra y antioxidantes.
Ingredientes principales:
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Yogur griego natural
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Avena y semillas de chía
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Arándanos y frutos secos
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Huevo duro con aceite de oliva y sal marina
Por qué me encanta:
✔ Se prepara en 10 minutos (o menos, si dejas la avena y la chía en remojo la noche anterior).
✔ Te mantiene saciada durante horas.
✔ Es dulce sin necesidad de azúcar, y encima nutre tu microbiota intestinal.
✔ El toque del huevo y el aceite de oliva aporta proteínas y grasas que estabilizan la glucemia y reducen la inflamación.
Tip: cambia los arándanos por plátano, fresa o melocotón según la temporada. Así evitas aburrirte y aprovechas frutas frescas.
DESAYUNO BÁSICO II
(Huevos + aguacate + tomate)
Este es mi favorito cuando quiero algo salado, saciante y rápido.
Lo preparo casi sin pensar: es simple, delicioso y 100 % antiinflamatorio.
Ingredientes principales:
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Huevos revueltos (o duros)
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Aguacate y tomate troceados
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Aceite de oliva virgen extra y sal marina
Por qué me encanta:
✔ Es un chute de aminoácidos, ácidos grasos y antioxidantes.
✔ No hay nada ultraprocesado.
✔ Te deja con energía estable, sin picos de glucosa ni hambre a las dos horas.
✔ Perfecto para quienes prefieren desayunos salados o siguen una alimentación más baja en carbohidratos.
Extra: acompáñalo con una infusión, un café o incluso una taza de caldo de huesos.
En resumen
Ambos desayunos son antiinflamatorios, reales y equilibrados.
Uno más tipo “bol dulce” y el otro más salado, para que elijas según tu apetito o tu estado de ánimo.
Lo importante no es el formato, sino la sensación con la que empiezas el día: ligera, fuerte y en calma.
Y eso no te lo da ningún ultraprocesado.




